(Neil Gaiman)


 

Compré American Gods hace al menos tres años, y desde entonces ha viajado conmigo a la mitad de los lugares de la tierra a los que he ido. Los que me conocen saben que soy de esas personas que siempre llevan el portátil, una libreta y un libro, por si se aburren, y luego nunca se acuerdan de trabajar, escribir o leer.

American Gods, todo hay que decirlo, es un librazo de 600 páginas (aunque mi versión incluye una novela corta al final, con lo que podríamos decir que la novela principal ocupa tan solo unas 500). Y pesa, mucho. Y ocupa mucho espacio de maleta. Y aún así ha ido siempre en mi maleta o mi mochila.

¿Qué quieres que te diga? Soy una mujer optimista.

Compré el libro al encontrarlo de pura chiripa en la tienda del aeropuerto de Glasgow (¿o quizá fue en Waterstones? Hace tanto que ya ni me acuerdo). Había visto dos o tres episodios de la serie de televisión (que tú también puedes ver en Amazon Prime) y aunque era un tanto macabra, la premisa era tan interesante que no podía quedarme sin saber qué pasaba. Pero claro, también soy de las personas que prefieren leerse el libro primero. Y aquí estamos, tres años después, y por fin puedo terminar de ver la serie.

  

  

También te voy a decir una cosa: me compré la novela en inglés. Que se dice pronto pero se tarda bastante más en leerlo. Aunque tengas el C2…

¿De qué trata American Gods?

Shadow Moon es un buen hombre al que le quedan literalmente dos días en la cárcel cuando se entera de que su mujer Laura ha muerto. Debido a tales circunstancias le permiten abandonar la cárcel antes de tiempo. En el avión de vuelta a casa, Shadow conoce a Wednesday, un hombre extraño con un ojo de cristal que le contrata como chófer y chico de los recados. Y Shadow, que no tiene nada mejor que hacer porque acaba de salir de la cárcel y se ha quedado viudo, acepta.

Shadow no tarda mucho en descubrir que Wednesday es en realidad Odín, el dios de los antiguos vikingos que llegó a América hace siglos, y nunca la ha abandonado. Wednesday está reclutando a los antiguos dioses que viven en América (Thot, Chernobog, Easter, Anansi…) para luchar contra los nuevos dioses del Internet, la TV, los coches, la electricidad, que les están destruyendo.

Y para ello, por algún motivo, Odín necesita la ayuda de Shadow.

Cómo se crean los dioses

American Gods no es tan solo la historia de cómo Shadow y Wednesday reúnen y reclutan a los antiguos dioses para luchar una última batalla contra el futuro. Es la historia de las civilizaciones que poblaron el Nuevo Mundo antes de que los españoles plantaran allí su bandera en el siglo XV, y de las que llegaron después.

Neil Gaiman, en un ejercicio de imaginación vividísimo, nos lleva por los recovecos de la historia jamás contada de una América brutal donde el tiempo pasa más deprisa y las creencias no permanecen. Entre capítulos conocemos las vidas de los esclavos arrancados de su África natal para trabajar en las tierras de los nuevos señores; las de los europeos condenados a emigrar al otro lado del océano; las de los primitivos pueblos que cruzaron por vez primera el hielo hasta llegar a un continente desconocido. Gentes que llevaron sus creencias con ellos; unas creencias que quizá no hayan desaparecido del todo.

Los dioses de Neil Gaiman se han asentado. Visten vaqueros y beben Martinis. Algunos han olvidado su forma humana. Pero SABEN. Saben muchas cosas. Y tú, como lector, te quedarás con ganas de saber más sobre ellos.

Y también te quedarás con ganas de más dioses del mundo contemporáneo, unos dioses que quizá reconozcas mejor pero de los cuales apenas se roza la superficie (claro, Shadow no trata tanto con ellos como con los dioses del Viejo Mundo). Puede que te parezcan aborrecibles. Y también puede que te hagan reflexionar sobre nuestra sociedad – una que creemos más profana de lo que realmente es.

  

   

Te recomiendo American Gods (Neil Gaiman) si…

Eres una apasionada de la mitología que disfruta de los momentos AHA-ESE-SÉ-QUIÉN-ES. American Gods es un auténtico despliegue de sabiduría mitológica, muy muy disfrutable.

También si eres de los pacientes y, aunque te distraigas con facilidad, puedes volver a lo mismo con facilidad. Ya no solo porque posiblemente tendrás que tomarte descansos entre capítulos, también por los capítulos intermedios en los que la historia principal se interrumpe para contar la llegada a América de distintos pueblos y divinidades (aunque en la mayoría de los casos esos dioses no aparezcan en la historia principal – pero no es relevante). A mí me pareció súper interesante, no solo desde el punto de vista narrativo y creativo sino desde el estructural.

Y si no te molesta que haya historias sin resolver y cosas que se dejan en el aire para que tú decidas creer lo que tú quieres al respecto (aunque como no he leído la novela corta de final, a lo mejor las respuestas están ahí, quién sabe).

Por último, si te gustan los finales apoteósicos, este es tu libro.

De verdad. Brillante. Como el arroz.

Un abrazo,

Sof

 

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