SOBRE MÍ
SOY SOFÍA
Editora y correctora de manuscritos
¡Hola! Me llamo Sofía Artola
Nacida en Granada en 1992, pasé toda mi infancia y adolescencia en Málaga leyendo cuentos clásicos (y modernos) de hadas, libros de mitología y, en realidad, todo lo que cayera en mis manos. La biblioteca de mis padres siempre ha sido enorme, y hasta que a los 18 años me decidí a comprarme un Smartphone (¡me resistí mucho!), en lugar del móvil en mi mano siempre había un libro o una libreta.
Empecé a escribir a los ocho años (aunque mi madre guarda un par de poemas que al parecer escribí en cuanto supe poner la M con la A). A los dieciocho escribí mi primera novela después de abandonar la carrera de periodismo a los dos meses de empezar (nunca me he arrepentido). Convencida de que el periodismo no iba a ser lo mío, y creyendo que tenía talento para los idiomas pero sabiendo que lo que quería era estudiar literatura, me mudé a Granada en 2011 para estudiar Lenguas Modernas y sus Literaturas.
¡Y luego me mudé a Escocia! Aquí resido desde 2016, y desde entonces he trabajado como copywriter, profesora de español, y correctora de lenguaje de videojuegos, y de nuevo escritora de contenido y especialista en colaboraciones con influencers. He iniciado negocios online, he sido escritora freelance, y he tenido un par de blogs.
Pero nada de esto me llenaba lo suficiente. Nunca parecía satisfecha.
Estaba todo muy bien, no te lo voy a negar. ¡Pero mi pasión siempre ha sido la literatura! Si escribes, sabes que no hay nada comparable a la pasión por crear historias. El copywriting no tiene nada que ver con la escritura, así que al cabo de un tiempo me aburrí y me despedí.
Finalmente, después de tanto tiempo, decidí darme permiso para hacer lo que siempre había querido hacer: escribir y ayudar a otros con su escritura.
AL FINAL, DESPUÉS DE TANTAS VUELTAS, RESULTA QUE MI VOCACIÓN NI SIQUIERA ESTABA ESCONDIDA. SOLO TENÍA QUE DARME PERMISO PARA CONFIAR EN ELLA.
DESPUÉS DE TODO, TODA LA VIDA ME LA HE PASADO
LEYENDO LIBROS, FASCINADA POR EL LENGUAJE,
Y OBSESIONADA CON LA GRAMÁTICA.
HOY Trabajo con escritores que buscan autopublicarse
Así, en 2020 me matriculé en el Máster de Escritura Creativa de la Universidad de Strathclyde y comencé a trabajar como editora y correctora freelance. Desde entonces, he sido la coordinadora y editora jefe de la revista universitaria The Strathclyde Review (arriba), he trabajado con una de mis referentes en internet (Deborah Marín de OyeDeb.com), y he ayudado a decenas de escritores a conseguir que sus manuscritos brillen con luz propia.
Mis clientes dicen de mí que…
Soy minuciosa
Como buena empollona, ¡la gramática me fascina! Soy muy, muy quisquillosa con los usos de los puntos, las comas, las comillas, la escritura de diálogos… Tengo una cierta obsesión con esos pequeños detalles.
Al mismo tiempo, como lectora empedernida, tengo un gran ojo para detectar la falta de fluidez, las inconsistencias contextuales, y hasta la falta de naturalidad en los diálogos.
A mis amigos y familia no les hace mucha gracia (¡no me pueden llevar a ningún lado!).
Pero ¿a mis clientes? ¡A ellos les encanta!
Voy más allá de sus expectativas
Me gusta respetar el estilo del autor, pero no tengo miedo en hacer sugerencias al respecto. Si un error parece repetirse, comparto recursos que expliquen el por qué es un error y cómo subsanarlo. Si no entiendo algo, pregunto antes que ignorarlo. Si puedo, entrego el manuscrito antes de tiempo. Siempre entrego una versión en limpio y una versión en la que se ven los cambios y las explicaciones. Me gusta comunicarme con mis clientes a menudo y de forma eficaz.
El perfeccionismo me ha acompañado durante toda mi vida, y ahora mis clientes pueden aprovecharlo para sus proyectos.
Mis comentarios les ayudan a crecer como escritores
Cuando trabajo en un manuscrito, sé que tiene que quedar perfecto. Pero no solo eso: considero que es mi deber hacer entender a mis clientes por qué realizo ciertos cambios, o por qué ciertos pasajes no funcionan.
La labor del editor y el corrector(tal y como yo la entiendo) no consiste en hacer un trabajo individual cuando el manuscrito está terminado. Se trata de una colaboración entre autor y editor, gracias a la cual se llega a la mejor versión del manuscrito y tanto autor como editor crecen como profesionales.
Por eso quiero que se entiendan mis decisiones y por eso me esfuerzo en mantener una comunicación abierta y constante con mis clientes.